Nos permite adecuarnos y adaptarnos temporalmente al nuevo medio natural, soportando y venciendo obstáculo. Acrecentando la actitud de meditación y recogimiento que posibilitan el acceso a los valores espirituales. Además, nos permiten consolidar la independencia, el autodominio, la disciplina, el orden, fomentando el valor y la disposición para enfrentar problemas, conocerse, valerse y valorarse a sí mismo y al grupo humano. Las actividades físicas en el medio natural poseen un enorme potencial educativo, y esto es, debido, más al espacio en que se desarrollan, que a las propias actividades. Sin embargo, a pesar de que la mayoría de los docentes, y de forma particular los del área de Educación Física, reconocen las inmensas posibilidades formativas que dichas actividades poseen, aún podemos comprobar su escasa aplicación en los centros escolares.
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